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¡Cuidado con la hora, por favor! Parte V

--- Un mensaje para las mujeres cristianas

Continuamos desde donde lo dejamos con respecto a la gestión del tiempo. Todas las personas que viven en un hogar tienen algunas responsabilidades, algunas más que otras. Tanto si eres una mujer soltera que vive sola, una mujer soltera que vive con su familia, una madre soltera o una mujer casada, tienes tareas que hacer. Esta sección trata de las distintas responsabilidades domésticas.

1. PLANIFICACIÓN: Planifica el uso de tu tiempo y reparte tiempo para todo. No puedes hacerlo todo. Si no tienes ayuda, no puedes lavar todos los días, limpiar todos los días, cocinar y cumplir con las exigencias de tu trabajo cada día. Ten un horario privado para asegurarte de que comes, limpias y lavas, incluso planchas, y aún así tienes tiempo para relacionarte con tu familia y amigos.

2. TRABAJO DOMÉSTICO: No intentes ser Superwoman; si puedes conseguir ayuda para cuidar de tu familia, cógela. Eso debería incluir que tu marido (si estás casada) te ayude con lo que él pueda aportar voluntariamente. Si puedes permitirte ayuda doméstica, consíguela. Necesitas toda la ayuda posible. No permitas que personas que se niegan a ayudarte te impidan hacerlo. Tu vida es plena y todo lo que te ayude a reducir el estrés debe ser bienvenido. Por favor, deje que sus hijos, cuando tengan edad suficiente para ayudar en las tareas domésticas, lo hagan. No morirán si hacen las tareas domésticas. Además de liberarte tiempo a ti, les ayudarás a ellos en su vida futura.

3. ESTRATEGIAS: Aprende a crear atajos para ti mismo. Aprovecha el congelador (o la parte congelada del frigorífico). Cocina para la semana y guárdalo para utilizarlo durante la semana. Si tu marido insiste en comer un plato recién hecho todos los días, asegúrate de guardar cosas parcialmente preparadas en el congelador. Si haces la compra durante el fin de semana, dedica tiempo a cocinar guisos y sopas o simplemente lava y corta el pescado, la carne y las verduras, tritura las hortalizas para que juntarlas en una comida fresca te exija poco esfuerzo y no te agote. No vayas a trabajar, vuelve a casa y cocina desde cero. Si haces eso, no le harás ningún favor a nadie. Y eso te incluye a ti. No podrás pasar tiempo de calidad con tu marido (y/o tus hijos) si te quedas dormida justo después de comer y fregar. Además, engordarás de forma poco saludable. No lo hagas.

4. PARÁMETROS: Si eres autónomo, establece parámetros. Por ejemplo, el hecho de que como peluquero trabajes desde casa no significa que trabajes todo el tiempo y que tus clientes puedan acudir a ti a horas intempestivas. Aprende a comunicar de forma amable, dulce y educada tu horario de trabajo. De vez en cuando, si un cliente se encuentra en un verdadero aprieto, puedes hacer una excepción con él, pero eso debería ser la excepción, no la norma.

¡Planifica tu vida, señora!

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