"Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros..." Efesios 3:20
¿Ha sentido alguna vez que el mundo gira sobre su eje y se lleva a todos por delante, menos a usted? ¿Que tal vez se ha quedado atrás?
¿Siente que todo el mundo acumula éxitos, pero que usted no parece ir a ninguna parte, o que parece fracasar en cada empeño?
¿Cree que se ha visto frenado en algún área de su vida, o que simplemente está haciendo aguas?
¿Ves desesperanza en tu futuro, o simplemente desolación cuando piensas en tu vida y hacia dónde se dirige?
Usted no está solo. Muchos otros han estado en tu situación, muchos lo están, y mientras el mundo siga existiendo, muchos más estarán en tu lugar.
Anímate, aún hay esperanza para ti.
Te sientes así porque te has creído una mentira, que es que todo depende de ti, de tu voluntad y de tu esfuerzo, y además, has olvidado lo que descubrió el sabio rey Salomón, que "no es de los veloces la carrera, ni de los fuertes la batalla..." Eclesiastés 9:11
Permíteme presentarte, o recordarte, al Dios que no está atado por el espacio ni el tiempo, ni por ninguna de las limitaciones a las que está sujeta la creación, y que puede hacer mucho más de lo que puedas imaginar... el Creador.
Puedes planificar y proyectar tu vida, o incluso vislumbrar las bendiciones que buscas con esperanza, pero todo eso será según tu experiencia y nada más. Así, por ejemplo, si en la escala alfabética de la A a la Z, te encuentras en la D, no puedes ver, ni en tus sueños más salvajes, ninguna situación mejor o más allá de la letra Z; es decir, si te permites esperar y soñar tan lejos.
La letra Z, que es el límite de tu expectativa, es el número 26 en la escala numérica, y eso es lo más lejos que te llevará tu imaginación. Pero quiero que reconozcas que Dios, que no está atado por las leyes de la naturaleza, ni limitado por lo que limita a la humanidad, es muy capaz, desde ese número D en el que te encuentras atascado, de migrarte al número 100, que está muy por encima del número 26 y del alfabeto Z. Lo hace cambiando las variables que conoces, con las que trabajas y proyectas en el futuro: del alfabeto a los números.
Sólo Él tiene la capacidad de cambiar las variables, y no responde ante nadie. Él es quien tiene tu futuro. Confía en Él para que haga "mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nuestro interior..." Efesios 3:20
